Tapia consolida su poder, pero el fútbol argentino necesita mejorar
La Asamblea de la AFA, en medio de cuestionamientos y avances del gobierno nacional, reeligió a Tapia y anuló los descensos. Una buena y una mala.
¡Hola! ¿Cómo estás? Yo estoy golpeado por la semi final que perdió River, que era esperable después de la ida. Pero si no existiera la posibilidad de ilusionarse, no sería fútbol. A propósito, ¿por qué la Conmebol sanciona algo que le da TANTA visibilidad y caracteriza tanto a la Copa Libertadores como es un recibimiento como el de River?
Si bien en el día a día el insano bombardeo de noticias (o intentos de noticias) hace que las cosas pierdan vigencia, creo necesario volver a reflexionar sobre la reelección del Chiqui Tapia, la eliminación de los descensos y el panorama de lo que se viene. ¡Vamos con eso!
Figurita repetida
La Asamblea de la AFA se reunió el 17 de octubre en el marco del enfrentamiento que tiene el Chiqui Tapia con el gobierno nacional, principalmente con el Presidente Milei y el Ministro Federico Sturzenegger. La misma se vio envuelta en polémica en la previa por la resolución de la Inspección General de Justicia (órgano de contralor de las asociaciones civiles) que suspendía la misma por “irregularidad e ineficacia total a los efectos administrativos de la convocatoria”. Amparada la AFA en la posibilidad de apelación y de un fallo de la Justicia Civil, la reunión de dicho órgano se realizó igualmente.
La mayoría de los puntos que se votaron están relacionados con el contexto político. Primeramente, Chiqui Tapia tenía mandato hasta marzo del 2025, pero decidió adelantar la votación. De esta manera, cerró su estrategia de blindado de poder. Si antes había acudido a la Conmebol y a la FIFA para obtener su respaldo, ahora además reforzó la línea interna con la votación. No es que hubiera en su camino posibles candidatos, ya que quien levanta la voz en su contra hoy es Fassi, el presidente de Talleres, que no tiene intenciones de ser presidente de la AFA sino de que ingresen las Sociedades Anónimas Deportivas al fútbol argentino. Pero “no hay mejor defensa que un buen ataque”, tomar la iniciativa y evitar fugas.
Además, se aprobó la modificación del estatuto para permitir cinco mandatos consecutivos de los miembros del Comité Ejecutivo (para no decir que Tapia habilitó otro mandato para sí mismo), el traslado del domicilio a la provincia de Buenos Aires, la aprobación de la memoria y el balance y la anulación de los descensos de primera división del torneo en curso. El delegado de Talleres fue el único que se opuso a esta agenda, planteando las irregularidades y la discusión sobre el destino del fútbol argentino, según su visión.
El cambio de reglas y de formato de torneos a esta altura ya no sorprende ni indigna, casi que solo asquea. El análisis de Marcelo Gantman en Big Data Sports es muy completo y profundo, casi que pensé que no iba a tener qué escribir al respecto. Las justificaciones y los supuestos beneficios de estas medidas no sólo resisten un análisis, sino que además son repetidas. Y está claro que nadie está pensando en cómo mejorar el fútbol argentino cuando realizan estas modificaciones.
Como ya dije en otra oportunidad, no hay ningún motivo de análisis al respecto que justifique los cambios constantes. Desde el punto de vista profesional, ningún dato que presenten como tendencia justificando el formato de copas y fechas de clásicos es serio, porque no hay tiempo de implementación ni de análisis para comparar. Si todos los años se está cambiando, no es posible seleccionar las variables que implican éxito o fracaso. Más aún, ¿cómo se puede realizar la modificación si ni siquiera terminó el torneo? Por lo tanto, no es serio -tampoco- la justificación supuestamente basada en datos y evidencia.
Volviendo, entonces, al triángulo de lo deportivo, lo económico y lo político, el desprecio por lo deportivo a nivel local ya es alarmante. El desprestigio de la competición y el abandono de la esencia del fútbol argentino va a traer consecuencias a corto, mediano y largo plazo que van a ser muy difíciles de revertir. Ya hay una desvalorización por parte de los propios hinchas y protagonistas, en el cual progresivamente el campeonato local se vuelve un medio para la clasificación a una copa internacional. Esto se traduce, además, en los bajos réditos económicos que implica. Mayor cantidad de partidos no aumenta infinitamente los ingresos por los mismos. En muchos casos, incluso, genera pérdidas tener que abrir la cancha, pagar operativos o trasladar todo el equipo. Si le agregamos la desorganización de los calendarios, es cuestión de tiempo que las audiencias caigan y con eso los ingresos.
Pero además, y donde está el mayor riesgo, es en la necesidad de mantener el talento y poder desarrollar los jugadores que se formaron en los clubes. Si no tienen el incentivo económico, tanto por cuestiones macroeconómicas como por desvalorización del torneo, la posibilidad de emigrar se vuelve más fuerte si no hay un contrapeso simbólico. Si no hay prestigio en salir campeón local o no se vuelve un sueño jugar en primera en sí, en la carrera profesional del jugador no va a ser un horizonte quedarse tampoco. Y estas consecuencias se van a pagar caro.
Uno de los principales sostenes y aciertos de Tapia.
El horizonte de las SAD
El Chiqui Tapia construye su poder hoy en base a dos recursos: la selección Argentina y el enfrentamiento a las sociedades anónimas deportivas. El primero es imposible negarlo: el mérito del ciclo de Scaloni tiene muchos aciertos dirigenciales, como haber sido el único que apostó por él y su idea de construcción de selección. Pero además, aprovechó como nunca para expandir la marca a nivel global, acuerdos comerciales y de sponsoreo que significan un flujo de dinero que permite invertir en, por ejemplo, otro acierto como es el scouting y seguimiento de jugadores desde edades tempranas. Un pleno suyo, además de construir una relación de confianza y brindarles a los jugadores un entorno amigable, lejos de aquellos años 2015 y 2016 de abandono. No es casual que todos quieran venir.
Por el otro lado, desde comienzos de mandato, enfrentado con Mauricio Macri en la presidencia de la nación, se erigió como un defensor del fútbol argentino y los clubes como asociaciones civiles. Si durante los años de Alberto Fernández esta bandera se abandonó, la llegada de Javier Milei al poder reactivó la necesidad de activar esta postura, ahora ya con una ofensiva encabezada por Sturzenegger. La mayoría de dirigentes sabe que si se cambia el estatuto de la AFA, la entrada progresiva de capitales va a terminar por modificar al fútbol argentino, por lo que es necesario respaldar a Tapia y fortalecer la AFA.
El problema de estos recursos es que no son eternos. Los ciclos futbolísticos en algún momento entran en etapa final, porque por algo son ciclos. Nadie puede ganar eternamente, Messi no va a jugar siempre (bueno, no, no puedo tolerarlo, que juegue siempre, por favor), y en algún momento la selección tendrá un momento de menor intensidad en su relación con la gente. Cuando esto suceda, Tapia va a tener que rendir cuentas con los demás clubes habiendo desmantelado la liga local y enfrentando también una reducción de los ingresos por la selección. Si esto sucede mientras se mantiene la ofensiva por las SAD, son malas noticias además para el fútbol argentino.
La situación es incómoda para los defensores de los modelos de asociaciones civiles, porque nadie ya apoya esta paulatina destrucción de la liga local. Además, incluso para quienes aspiran a jugar copas internacionales, la diferencia entre los presupuestos de Brasil y Argentina va complicando las posibilidades frente a los brasileros, como se ve en la Copa Libertadores. Mientras discuten cómo reorganizar su sistema de reparto y acuerdos millonarios (del cual soy crítico), la Copa de Brasil reparte más de 13 millones de dólares frente a los poco más de 2 millones que otorga la Copa Argentina.
La buena noticia, al menos a mi entender, es que están empezando a ganar lugar posiciones que creen que el fútbol argentino tiene que mejorarse dentro del formato de asociaciones civiles. La mala noticia es que eso implica un gran ejercicio de creatividad y autocrítica que no es muy común. El riesgo frente a esto es la imposición de la lógica amigo-enemigo absoluta. Hoy Estudiantes de La Plata está, de a poco, quedando del lado de los enemigos, por elaborar estas críticas y a la vez llevar adelante proyecto propio de financiamiento. Y hay que entender que no es Verón el enemigo ni un “topo” de las SAD.
Por el contrario, defender el modelo de las asociaciones civiles implica también trabajar para mejorarlo. Es indudable que el fútbol mundial cambió y no es el mismo que en 1930. Los volúmenes de dinero que se manejan hoy, la gestión de un plantel profesional, el desarrollo de juveniles, por nombrar algunos, requiere una preparación y una dedicación distinta a la que se podía tener a mediados del siglo XX. Además, para poder mantenerse competitivamente en la elite, es importante poder atraer también inversiones que permitan desarrollarse. Solo de esa manera vamos a poder mantener la importancia y la centralidad que tiene el fútbol en el país.
Recorrida por el estadio
Hoy no tiene nada que ver con lo que escribí, sino con una persona que admiré como futbolista y me transmite paz siempre. El mundo es un lugar mejor cuando Pablo Aimar está cerca.
Campo de juego: Aimar rompiéndola en River
Tribuna: Messi hincha de Aimar.
El predio: Sobre la reivindicación del juego y los creativos
Esto es todo por hoy. Gracias por llegar hasta acá, si te gustó, no te olvides que podés compartirlo con otros. Nos leemos la próxima.