La Liga de Arabia Saudita: otro intento de conquistar el mundo [del fútbol]
Está claro que la liga de Arabia Saudita tuvo un impacto descomunal y a fuerza de inversiones quieren convertirse en una liga referente a nivel mundial. Los límites de esta estrategia.
Hola, ¿cómo estás? Mientras las competiciones están paradas, los millones circulan de manera más explícita o visible: los montos de transferencias, de sueldos de jugadores, de contratos de patrocinio… ganan la escena mientras no hay partidos que analizar (promoción válida para los deportes en el hemisferio norte). Así que es un buen momento también para recordar que con tu aporte podés ayudar a que Cuestión de Estadio siga creciendo.
En esta danza de millones que rodea al fútbol destaca este último año la liga de Arabia Saudita. Desde la compra de Cristiano Ronaldo con un contrato exorbitante hasta la reciente adquisición de figuras de la Premier, tienen un protagonismo que solo fue opacado por la ida de Messi al Inter Miami. Detrás de esto hay un plan y mi intención acá es analizar los motivos y los límites de este. ¡Así que vamos con eso!
El origen y la desigualdad
Decir que el fútbol es el principal deporte del mundo no es ninguna novedad. Desde sus orígenes fue ganando popularidad rápidamente en todos los sectores del planeta, integrándose a la par de la globalización y la integración del comercio internacional. Así, durante la primera mitad del siglo XX sudamérica y Europa continental desarrollaron las competencias, luego de la descolonización posterior a la Segunda Guerra Mundial fue el turno de África y Asia, con mayor éxito y popularidad en el primero de estos continentes (donde pasó de una herramienta civilizatoria de los colonizadores a una estrategia de resistencia de los colonizados y de ahí su masividad).
Esta incorporación y desarrollo tardío generó, a la hora de la repartición de los títulos, generación de talentos e influencia en el mundo del fútbol, desigualdades que son difíciles de sortear: Argentina, Brasil y Uruguay se reparten la mayor cantidad de Copas Libertadores, Copas Américas y Mundiales y los países de Europa Occidental lo mismo con las competiciones de la UEFA y FIFA. No es casualidad que los principales jugadores y referentes mundiales se concentren en estos países y recién con el cambio de siglo los principales equipos del mundo cuenten con estrellas africanas (desde Kanu, Okocha y Drogba hasta Mané y Salah en la actualidad, por nombrar una línea).
La década del 80 marca un cambio en el fútbol, que se acelera a partir de los 90 y se completa en los 2000. El plan de Havelange de vender el producto fútbol en todos los rincones del mundo implica incorporar y favorecer el desarrollo de la periferia (África, Asia, Oceanía); paralelamente el desarrollo de las tecnologías transformó la forma de consumir el espectáculo, incluyendo al deporte, facilitando también la transmisión en vivo y global de los partidos. Finalmente, la flexibilización del mercado de jugadores en Europa (zona Euro, Caso Bosman) junto con el aumento de recursos (con la Champions League como cabeza), configuró la internacionalización y expansión hacia todo el mundo.
Resumidamente, ante la nueva situación, la competencia entre los clubes llevó a desarrollar y potenciar sus redes de búsqueda de talento, primero por los países centrales (Europa y América) y después por todo el mundo, aprovechando la diferencia de recursos económicos para captar y adquirir a los mejores jugadores. Paralelamente, y en asociación con los principales sponsors, salieron a la conquista de los nuevos mercados como consumidores. No sólo era importante tener a los mejores jugadores, sino también vender camisetas, resumidamente. (qué buena época de comerciales los 2000)
A esta descripción le falta la reacción frente a este nuevo escenario y el avance del centro. Muchas veces se cree que son pasivos que sólo reciben el estímulo y responden comprando. La incorporación y la cercanía del fútbol le significó a los países nueva infraestructura, nuevo mercado interno también. El sueño y el atractivo del fútbol se multiplicó, encontró nuevas formas de desarrollo. Y también interes de revertir la desigualdad.

Otro intento de conquistar el mundo
Una vez terminado este contexto, volvemos al tema: Arabia Saudita y los millones desembolsados. El detrás de escena es el plan Visión 2030 de la monarquía teocrática, que plantea un escenario dependiendo menos del petróleo, diversificando su economía e influencia como potencia regional. Sí, casi lo mismo que Qatar. El deporte, en ese sentido, cumple un rol fundamental, posicionando la marca país, desarrollando infraestructura, atrayendo inversores y facilitando la integración en el mercado mundial, superando las distancias culturales (por no decir “hacer sportwashing y tapar las violaciones a los derechos humanos y la violencia hacia las mujeres”).
Acá hay un buen resúmen y análisis de lo que implica esta estrategia en el fútbol. Lo que buscan es hacer de su liga una top 10 de interés mundial, posicionarse como anfitrión de torneos importantes (supercopa de España, de Italia, Copa Asia, un Mundial) y ser parte de la conversación del fútbol (la compra del Newcastle va por ese camino). El último año, entonces, decidieron pasar a la acción con la inversión en jugadores para reforzar la liga local y posicionarse en el escenario global.
En este punto, se vuelve a imponer la visión del marketing, según el cual con inversiones y estrategia se puede comprar e imponer todo. Justo ayer escuchaba al pasar que un 80% de los productos nuevos que salen al mercado se discontinúan porque fracasan en su objetivo. Pero a la hora de querer vender sus planes, omiten ese detalle. Hecha esta queja personal, desde un punto de vista de audiencias se cree posible instalar con éxito una nueva liga atractiva para los consumidores, ya que estos se siguen jugadores más que equipos y por eso van a “migrar” junto con las estrellas. Sobre esto hablaremos en el podcast, porque sino acá se hace demasiado largo. Pueden suscribirse en Spotify así les llega la notificación 🙂.
No es el primer plan para instalarse en la élite mundial del fútbol y ser parte de la conversación/ del negocio. El atractivo económico, político, social y cultural de ser parte de esa gran fiesta es claro y por eso no es el de Arabia Saudita el primer plan para hacerse con una porción importante. China intentó fortalecer su liga a base de millones y aprovechar para instalar un plan de academias de fútbol que a escala poblacional resultan ambiciosas. La primera parte se pinchó, habrá que ver qué pasa con la segunda que es a mediano-largo plazo. Japón cuenta con el Plan Japón 2092 que aspira a que a fin de este siglo el país gane la Copa del Mundo. Su presencia ininterrumpida en los mundiales y actuaciones destacadas parecen prometedoras, aunque el objetivo final es más aspiracional que concreto. El caso de Qatar también lo desarrollamos, con la Aspire Academy, la organización del Mundial y la contratación de estrellas como Batistuta y Raúl. La MLS y Estados Unidos también son modelos para analizar.
Ninguno de estos casos parece tener éxito a la hora de potenciar la liga local. Para esto también depende qué es lo que se busque. Si lo que se busca es un impacto de audiencias, de visualizaciones de compilados, highlights y videos cortos que se puedan repetir en redes sociales y noticieros deportivos, la contratación de grandes jugadores en ligas menores puede tener su beneficio. Tener a Cristiano Ronaldo haciendo goles te garantiza la repetición inmediata de sus conquistas en Twitter o TikTok, por ejemplo, lo que en términos de métricas te posiciona como liga top pero en los hechos lejos está de instalarse la competición. Además, para multiplicar este efecto es necesario hacer inversiones constantes, convencer a los protagonistas cuesta sus millones y las burbujas generadas por la expectativa de ganancia suelen explotar antes de que se empiecen a materializar.
Para cerrar, el factor cultural es importante. Todo lo que rodea a la competición, a los clubes y al fútbol es parte también del producto y es una barrera difícil de romper en el corto plazo. La tradición de una competición, la forma de vivirla, las rivalidades son cuestiones que se fueron desarrollando a lo largo del tiempo y como tal se viven como genuinas. Armar una competición donde los principales clubes pertenecen todos al mismo dueño y forman parte de un plan de gobierno genera un rechazo más allá del producto en sí. Quizás sea ese un límite de la MLS.
Recorrida por el Estadio
Campo de juego: Amistoso show para posicionar la marca con Messi y Cristiano Ronaldo.
Los medios: Para seguir todo el fútbol no hegemónico (por ahora) nada como Alter Futbol podcast.
El autódromo: El fútbol no es el único deporte al que apunta este plan, también se corre la Fórmula 1 hace algunos años.