De "dobles camisetas" y paredes que no salieron
Aprovechando los días sin partidos, un recorrido por algunos mundiales con sus doble camisetas y los que son enemigos, no rivales.
¡Hola! ¿Cómo estás? Empiezan los días sin partidos, necesarios por las tensiones propias de las etapas de definición, y también un poco se retoman las agendas. A mi lo que más me sigue molestando de los mundiales es el tema del delay en la transmisión con los vecinos: escuchar en la calle que gritan el gol cuando todavía no pateó le saca emoción a ese grito pero también a los siguientes ataques.
Siguiendo el ritmo del Mundial, vienen pausas más largas, tiempos para recuperar energía física y psíquica. También ya creo que estamos un poco saturados de tanto análisis sobre Qatar, con partidos como Estados Unidos vs Irán, Marruecos vs España o Suiza vs Serbia, con mucha carga geopolítica y de los que ya se escribió bastante. Por eso hoy va a ser un poco más relajado, entrando en el mundo de los doble camiseta y de casos en el que el fútbol no tiró paredes entre naciones. Así que ¡vamos con eso!
Los doble camiseta
Para el hincha del fútbol es muy común ver un partido en el que no juega su equipo y sin embargo tener preferencia por uno de los dos. No hace falta que sea algo premeditado, sino que simplemente sucede: por un rato simpatizás y te involucras. A veces el motivo es más claro, se extiende en el tiempo y hasta se convierte en tu segundo equipo. En mi caso, por ejemplo, mientras Thierry Henry estuvo en la selección fui hincha de Francia como segundo equipo.
Ahora, hay casos de Estados que presentan más de una selección, por lo que sus chances de festejar son mayores. Si bien dudo que desde Escocia estén identificados con Inglaterra (todo lo contrario), en los hechos el flamante Rey Carlos III de Reino Unido en el actual mundial de Qatar 2022 tuvo el privilegio de ver el único partido entre partidos del reino al máximo nivel de competencia, con Gales vs Inglaterra. Si bien en la mayoría de los deportes colectivos desde el comienzo juegan como selecciones independientes (en los Juegos Olímpicos compiten como Reino Unido) la corona británica cuenta con más posibilidades de quedarse con el trofeo.
La Casa Real Holandesa también tuvo dos equipos en el Mundial de 1938, que está bastante olvidado en América. En el recuerdo, fue otro campeonato donde las presiones de Mussolini para que la selección italiana repitiera el título, en el medio de la expansión del fascismo y el nazismo en Europa.
Un primer vistazo a los participantes destaca a las Indias Orientales Neerlandesas, una colonia de Países Bajos que existió hasta la independencia y conformación de Indonesia en 1949. La clasificación a la máxima cita se debió a que por Asia sólo se había anotado, además de esta colonia, Japón, quien desestimó la participación por la Segunda Guerra Sino-japonesa. Esta colonia junto con la participación de la metrópoli le garantizó esta doble camiseta a la realeza. Dato de color: ambos países quedaron afuera en el primer partido (se jugó eliminación directa) sin anotar un gol.
El nazismo que controlaba Alemania para aquella época desaprovechó la oportunidad de sumarse al club de los doble casaca. La selección de Austria había logrado la clasificación, pero luego de la invasión y anexión por parte de la Alemania de Hitler, no pudo participar como equipo independiente ante la negativa de la jerarquía nazi. La FIFA, primero, trató de reemplazar el cupo, pero ante el rechazo de Inglaterra de ocuparlo, decidió incluirla igual en el sorteo, favoreciendo a Suecia que no tuvo rival en la primera fase. La anexión de una potencia futbolística de Europa continental debía ser un impulso a Alemania, que sumó 9 jugadores al equipo que había logrado el 3er puesto en 1934 y clasificado sin problemas a esta cita, pero quedó afuera con Suiza en el primer partido.
En 1954, Alemania fue autorizada por la FIFA participar de la clasificación al Mundial, que terminó ganando. Para ganarse un lugar entre los 16 lugares de la competición, disputó un grupo con Noruega y la selección de Sarre. Ni te suena ese país, ¿no? Está bien que así sea, porque no existe como tal. Es uno de los estados federados (provincias) de Alemania. Su historia está marcada por las Guerras Mundiales del siglo XX, cambiando de dependencia política y administrativa tras la derrota de Alemania en 1919, reintegrándose al país en 1935 y convirtiéndose en protectorado francés luego de la victoria Aliada en 1945.
Bajo esta forma de unidad política fue que constituyó su seleccionado de fútbol y participó de amistosos menores hasta ser autorizado a competir en la clasificación al Mundial a disputarse en Suiza en 1954. La historia cuenta que, tras ganarle a Noruega en el debut, definirían la clasificación nada menos que contra Alemania Federal. Perdieron el partido de ida disputado en Stuttgart y fueron perjudicados por el árbitro en la revancha, que también resultó adversa. Más allá de este nuevo intento de reivindicar un casi batacazo, en los hechos Alemania enfrentó a un conjunto que se consideraba alemán también, y que finalmente se reincorporó al país en 1957.
Hinchar por más de un equipo, ser doble camiseta a veces es algo casual y otras serio.
El fútbol quiso tirar una pared pero le devolvieron un ladrillo
El Mundial de Suecia en 1958 es el primero que gana Brasil y también el único en el que las cuatro naciones británicas participaron de la fase final. Esto fue posible por un nuevo fracaso de la FIFA en usar al fútbol como instrumento para unir países. Originalmente planteado un cupo a definir entre el ganador de la clasificación en Asia y en África, el seleccionado del Estado de Israel debería haber obtenido esa plaza debido al retiro de sus rivales. Sin embargo, esto no ocurrió. Israel no disputó ningún partido clasificatorio del esquema planteado, porque sus rivales Indonesia, Egipto y Sudán, países de mayoría musulmán, rechazaban enfrentarlos, en el marco de los conflictos árabe-israelí desde la fundación del estado judío. Así, la FIFA quiso salvar la situación, aduciendo que no se podía clasificar sin disputar al menos un partido (cosa que había ocurrido en otras oportunidades) y les ofreció a los campeones Uruguay e Italia un partido de ronda de perdedores frente a Israel, que rechazaron. El último elegido fue Gales, que aceptó, ganó y completó el póker de británicos en Suecia.
El Mundial de 1970 es para Argentina una mancha, al ser el último al que no accedió a la fase final, al no lograr la clasificación. Sin embargo, es para Honduras y El Salvador un verdadero hito negativo en su historia. Ambos disputándose la clasificación por primera vez a la máxima competición de selecciones, habían ganado su partido como locales siendo necesario un partido desempate a jugarse en México. El mismo se definió en tiempo suplementario después del empate en los 90 minutos, en el que finalmente El Salvador se impuso con gol de Mauricio Rodríguez.
Estos tres partidos se disputaron en el medio de crecientes tensiones políticas y económicas entre estos dos países fronterizos y fueron caldo de cultivo para que se produjeran pequeños enfrentamientos entre los simpatizantes en los estadios y en las ciudades de estos dos países fronterizos. El gol clasificatorio fue utilizado como un símbolo de guerra e identidad nacional, de la misma forma que se vieron pintadas en Honduras llamando a vengar el resultado deportivo. Por estas cuestiones se conoce a este conflicto como La Guerra del Fútbol, aunque claramente las causas fueron otras.
Entre otros casos donde no hubo una pared que uniera, está el partido entre Argentina y Serbia y Montenegro en Alemania 2006. Recordado por ser el primer gol de Messi en mundiales o la gran muestra de juego colectivo del equipo de Pekerman, se pierde de vista que, en los hechos, Serbia y Montenegro habían dejado de ser una unidad política, un solo país, unos días antes del comienzo del Mundial. Herederos de la República Federal Socialista de Yugoslavia, continuaron unidos luego de la desintegración y las Guerras de los Balcanes de la década de 1990. Sin embargo, las presiones nacionalistas de Montenegro crecieron y el parlamento proclamó la independencia el 3 de junio del 2006, siendo reconocida por Serbia el 15 de junio, un día antes del recordado partido.
El Mundial de 1974, por otra parte, regaló en Hamburgo el único partido entre las dos Alemanias – Federal y Democrática- al máximo nivel, lo que implicó un gran trabajo de fuerzas de seguridad e inteligencia. El resultado fue favorable para el conjunto representante del lado comunista, que se impuso con gol de Jürgen Sparwasser, aunque ambos conjuntos clasificaron a la siguiente ronda. Si bien los rumores decían que el jugador fue beneficiado por el partido comunista por su importancia para golpear al enemigo, lo cierto es que en 1988 aprovechó un partido de veteranos en el lado occidental para fugarse. Esa fue la última participación de Alemania Oriental en los mundiales, que tuvieron que esperar hasta 2014 para que un jugador nacido en sus tierras se alzara con una Copa del Mundo. Otro dato curioso es que el técnico de Alemania Federal era Helmut Schön, quien en 1953 era el técnico del Protectorado de Sarre en las ya mencionadas eliminatorias.
Recorrida por el Estadio
El turno de Francia 98, el primer mundial de 32 equipos, la consagración de Zidane ante los ojos del mundo y la final que abrió una investigación del congreso de Brasil para ver por qué habían perdido.
Campo de Juego: debut premium en la máxima cita de Croacia luego de su independencia.
El árbitro: Por Italia fue designado Pierluigi Collina, un ícono del arbitraje.
La televisión: En épocas del 1 a 1 en la Argentina, la televisión de aire se dio una cobertura en grande.
La tribuna: el gol de Zanetti a Inglaterra le salvó la vida a un polaco.